Esta es la historia de tres piedras de grandes ojos redondos. Su existencia, en la cima de la montaña, era una buena vida de piedra, sintiendo el viendo soplar y contemplando los picos y valles desde las alturas. Pero su naturaleza inanimada las deja a merced de otras criaturas y avatares meteorológicos, como la tormenta que desencadena un viaje que no tendrá fin hasta desembocar en las profundidades del mar, donde conocerán un mundo que no habían visto antes.
Interesante álbum que se mueve entre lo humorístico y lo
reflexivo, en un entorno naturalista que incide en el detalle de la vida sencilla, en la que cosas muy básicas se presentan como señas de
calidad y confortabilidad: el arrullo del viento, las plantas aromáticas, las
ovejas en el valle, la suavidad de la arena… Las piedras, como entes pasivos
que no pueden sino aceptar su destino y dejarse llevar por las circunstancias, acaban
resultando entrañables para el lector gracias a que la narrativa les confiere un
carácter complaciente pero también intrépido. Tiene un toque de humor sutil y amable
que encaja con la caracterización de las “indefensas” piedras, carentes de boca
o extremidades, solo definidas por los ojos que atentos no pierden detalle de
lo que ocurre a su alrededor.
La ilustración está hecha con sensibilidad y fluidez, empleando témperas y
lápices de colores para dar matices y sombras que juegan con las perspectivas y
el movimiento. El gran formato del libro permite al autor realizar paisajes de grandes
dimensiones que se combinan, según marca el ritmo del relato, con dibujos detallados
en planos más pequeños.
Este álbum nos muestra cómo el cambio escapa a nuestro
control pero podemos adaptarnos a nuevos entornos, sabiendo buscar lo bueno de
cada realidad. Termina con un final abierto a interpretación del lector que nos
deja imaginando cómo será la vida de estas tres piedras de ahora en adelante.
Voto POSITIVO.
En la cima de una montaña viven las tres piedras protagonistas su tranquila vida de piedras: cuentan las ovejas, admiran cómo crecen las plantas, etc. Pero un día de tormenta los rayos parten la montaña y las piedras ruedan ladera abajo, aterrizando dentro de un nido. A partir de entonces comienza la gran aventura de encontrar un lugar en que vivir felices.
ResponderEliminarExiste un contraste maravilloso entre la gravedad de las situaciones descritas con las palabras y la comicidad con que se ilustran. Sobre todo, la expresividad estática de las piedras mientras ruedan o las golpean para echarlas. El texto es fácil de seguir, y, aunque no posee estructura de repetición como tal, la historia se basa en que las piedras caen en un lugar y por algún motivo las echan y llegan a otro lugar y las vuelven a echar.
Las ilustraciones, minimalistas, con amplios paisajes naturales, abarcan una amplia gama de verdes oscuros, resaltando en ellos los blancos y enormes ojos de las piedras, la parte más cómica de todo el libro.
Un álbum divertido que incide en la importancia de ver el lado positivo de las cosas; como las piedras, que de repente se ven fuera de su hogar y, lejos de amargarse con cada embiste que reciben, aceptan los cambios observando lo mejor de cada lugar.
Creo que es un libro importante en las bibliotecas familiares, por lo tanto mi voto es POSITIVO.