17 mayo, 2025

No es una pantera / Cristina Pieropan. Ekaré

 


La niña protagonista de esta historia vio por primera vez una pantera en un libro del abuelo, desde entonces es su animal favorito y desea tener una de verdad. La familia le consigue animales domésticos: su padre le trae un loro, su madre le regala un conejillo de indias, su tía le obsequia un gatito del mismo color que una pantera y su abuelo encuentra un perro abandonado, pero ninguno de estos animales es una pantera y la niña no está contenta. El abuelo vuelve a leer con la pequeña el libro donde vio al animal por primera vez y le explica lo infeliz que sería una pantera viviendo en la ciudad. Entonces la niña reflexiona y valora la importancia de cuidar a las mascotas que tiene en casa, aunque a veces vuelve a soñar con tener una pantera.

La protagonista no sólo desea al felino como mascota o compañía sino también como protección, un animal fuerte que la defienda de los “bravucones de la escuela” y les proteja a ella y sus amigos. Cuando decide cuidar de los animales que tiene, es su hermano pequeño Ludovico, quien aparece leyendo el libro del abuelo.

Cristina Pieropan, autora e ilustradora, explica cómo realizó las imágenes del álbum, mediante placas de metal que posteriormente entinta e imprime, con las técnicas de aguafuerte y aguatinta, una vez imprimidas en papel las coloreó con acuarelas. El resultado son unas ilustraciones con cierto aire vintage que forman un conjunto muy delicado y una historia atemporal sobre las mascotas, la tristeza, la familia y los miedos infantiles y su superación.

Mi voto es totalmente POSITIVO


1 comentario:

  1. La protagonista de esta obra tiene un animal favorito: la pantera. La vio en un libro antiguo de su abuelo. La familia le regala varias mascotas de tamaño más razonable que no le convencen precisamente por eso. Una pantera la puede acompañar, abrazar a todos sus hermanos y protegerla de los bravucones de la escuela. El abuelo hablará con ella.
    Escrito en primera persona, en voz de una niña, se convierte en una deliciosa experiencia lectora. Cercana a la imaginación e ilusiones de los niños que lo lean, es una historia sensible, amable y con un toque de humor.
    Mención especial merecen las ilustraciones que, a doble página, hablan por sí solas. Con una sencillez increíble describen las emociones de todos los personajes. Sobre todo la pantera, que al ser negra, apenas tiene detalles. Su anatomía artística refleja la fortaleza, el tamaño, la fiereza o la ternura.
    No falta ni sobra ninguna letra. Con el tamaño de la tipografía serifa enfatiza o susurra lo que ya estamos viendo. La última doble página, con letra ligada, dedica el cuento a todos los que sueñan a lo grande. Una gran pantera se va yendo con cinco niños a la grupa. Precioso.
    En la última página, se da una breve biografía de la autora y explica su técnica de ilustración tan trabajosa, delicada y difícil. Con tantos trazos finos habrá tardado su tiempo.
    Voto positivo

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