Un punto y un tachón son los protagonistas de esta original historia.
Puntito, que vive en una libreta de líneas, juega y se divierte con su nuevo amigo Tachón, hasta el día que éste desaparece y Puntito desconsolada viajará por otros cuadernos en su busca. En su viaje por libretas de primaria, un libro de solfeo, otro de matemáticas y los apuntes de una poeta conocerá a otros personajes como las comillas o la x de las matemáticas que la ayudarán en su búsqueda y descubrirá que su amigo no es lo que aparenta.
El argumento destaca por su gran originalidad, además del gran repaso que hace a la ortografía de una forma muy didáctica para los más pequeños.
Las ilustraciones, de la mano de Daria Solak, son también muy originales a la par que sencillas, utilizando una técnica tradicional (lápices de colores). Complementan muy bien al texto y contribuyen a que el lector desarrolle su imaginación.
La obra, en su conjunto me convence, pero de momento la dejaría en RESERVA por lo que pueda venir más adelante y también a la espera de la opinión de mi compañera.
Por su complejidad y en acuerdo con mi compañera pasamos este título al siguiente tramo
ResponderEliminarTampoco lo veo en más de 9 años porque el argumento es tan básico que quizá no despierte interés. Hay muchas propuestas en estas edades más brillantes y con más recorrido.
EliminarEste libro me produce una opinión contradictoria. Por una parte la trama es sencilla y apta para la franja de edad. Por otra parte los elementos que despiertan la complicidad del lector creo que están totalmente fuera de esta franja. Los signos ortográficos tienen un pase pero los matemáticos están muy lejos de su proceso de aprendizaje. Vectores, ecuaciones, incógnitas, derivadas ... y al adentrarnos en los signos musicales el tema es igualmente complejo. La resolución, el fin del misterio del borrón desaparecido, da un salto gigante mezclando signos con géneros literarios. Realmente se entiende en ese punto que una rima se mezcle con pura ortografía? Combina nivel abstracto con nivel pragmático. La mezcolanza está bien para un adulto que sigue la propuesta de juego que el libro plantea pero no creo que tenga mucho sentido para la edad de los destinatarios ya que precisa de montones de explicaciones complementarias. Con respecto a la ilustración sólo puedo decir a su favor que podría cuadrar perfectamente con los dibujos escolares. Quizá es esa la intención. En mi opinión está poco conseguido y cuesta a veces descifrar el signo que representa. Esto es fundamental en un texto que plantea conceptos muy alejados del público objetivo.
ResponderEliminarMi voto es negativo. Encaja mal en la franja de 6 a 8 años.