Pablo es un pequeño gatito al que no le apetece hacer
ninguna de las propuestas de su mamá. No quiere ir al parque porque el tobogán
resbala mucho, ni ir a nadar porque el agua moja, el cine tampoco le parece
buena idea porque requiere estar mucho tiempo sentado. Definitivamente, Pablo
está de mal humor, aunque no quiera reconocerlo. Mamá gata tiene la solución:
lo mejor es dar un paseo. En la calle, Pablo encuentra a su amiga Mila que le
da un fuerte abrazo y su mal humor desaparece, ahora ya es capaz de disfrutar
del día y divertirse en el parque junto a sus amigos, incluso él mismo propone
ir a nadar.
Las ilustraciones a doble página están realizadas con
lápices de colores, acrílico y acuarela, la autora emplea unos fondos neutros y
difuminados sobre los que destacan los protagonistas y algún elemento de color
intenso (un gorro rojo, un flotador amarillo) y consigue un aspecto algodonoso en
los animales humanizados. Con la sencillez de pequeños elementos del entorno,
seguimos a Pablo y su mamá a través de su recorrido físico y de sus emociones, desde
la mesa del desayuno de su casa hasta la calle y el parque, entornos y acciones
cotidianas en los que cualquier niño puede reconocerse.
Igualmente, los pequeños pueden identificarse con Pablo, el
gatito enfadado que ni siquiera reconoce su enfado, pero que logra superar su
mal humor con ayuda de la amistad y el cariño de sus familia y amigos.
La narración y los diálogos son breves, con tipografía de
gran tamaño y algunas palabras destacadas en negrita, mayúsculas o cursiva.
Me ha parecido un álbum encantador tanto por la ilustración
como por la manera de abordar el tema del afecto y los sentimientos infantiles.
VALORACIÓN: POSITIVA
Mamá propone a su pequeño hijo un montón de planes para realizar el día de hoy. Pero Pablo parece cansado o abúlico y no le apetece hacer nada. La exclusas que plantea se realzan tipográficamente con letra más grande o mayúscula, efecto perfecto para subrayar la negatividad del gatito. Pero al final su mamá descubre que lo que le pasa es que está de mal humor. Lo reconoce explícitamente arrancando a andar. Es un punto de inflexión muy tierno, en donde se pueden reconocer todos los niños en algún momento de sus vidas.
ResponderEliminarLa ilustración es preciosa. Espectacular algunas, como la doble página en que se retrata a toda la familia. Digno retrato para un cuadro a pesar -o a favor- de la oscuridad de su fondo, con toques breves de rojo que dan luminosidad y equilibrio a la composición. Una mezcla de técnicas se mezclan, como un empaste, para dar volumen a las figuras y ese toque tierno de desamparo.
La buena edición de Kalandraka, el formato cuadrado de buen tamaño que destaca las ilustraciones, y la tipografía grande y despejada, dan el valor añadido a esta preciosidad.
Voto positivo