Hay besos de todos los tipos y colores, besazos besitos,
besotes. Besos para despertarse que dan alegría, besos de buenas noches que dan
paz. En cada idioma los besos suenan de una manera: muac, chu, smack. Algunas
culturas se besan con la nariz, otras se dan tres besos. Los besos de despedida
son tristes, los de las mascotas van acompañados de babas, los de amor o de
cine producen risa, los de papá o mamá reconfortan cuando estás triste. Incluso
hay besos que no te apetece recibir o dar y rechazas.
El álbum se pasea por el mundo de los besos, pero es un
mundo cercano a la experiencia y al entorno de los más pequeños: la familia,
los hermanos, los abuelos, la tía, las mascotas, las películas, los besos no
deseados. Y si nos alejamos un poquito de lo cotidiano, los besos en la nariz
de los inuits o los de amor de los protagonistas de la película Titanic.
Destacan las radiantes ilustraciones de Mariona Tolosa, llenando
las páginas de colores primarios y alegría. Acrílicos intensos y personajes de
formas sinuosas y casi caricaturescas que retratan los besos dulces de los
abuelos o el acogedor regazo de mamá. La tipografía también entra en el juego
de la ilustración con cambios de color, de tamaño y de localización.
El libro es una explosión de color con ilustraciones muy
expresivas y nada estereotipadas, figuras humanas que a veces continúan fuera
de las páginas y que no vemos completas, pero podemos imaginar, árboles, flores
y animales, todos ellos de colores vibrantes y caprichosos. El texto simple y
breve enumera emociones y situaciones en las que recurrimos al beso: saludos,
despedidas, afecto, amor fraternal, familiar, de pareja y muy importante, besos rechazados.
Aunque el tema pueda no ser novedoso, las ilustraciones me
han encantado y el álbum desprende energía.
VOTO: POSITIVO
Un tema perfecto para esta franja de edad. Un álbum ilustrado para describir todos los tipos de besos que hay, muchos reconocibles por los más pequeños. Pero hay otras culturas que se besan de forma diferente y también hay besos tristes.
ResponderEliminarEl texto, trazado como ilustración más, queda embebido en las imágenes. La ilustradora juega de forma valiente con los colores de alto contraste y tonos imposibles, para dar ese aspecto caótico y surrealista que se parece tanto a los dibujos de los más pequeños. El alargamiento de los labios muestra de forma inequívoca qué personaje está dando un beso ayudando así a reconocer los elementos de tan loca composición llena de ternura y de humor. Utiliza una original técnica que mezcla las ceras y rotuladores con elementos digitales.
Voto positivo