13 junio, 2025

La liebre a la que no le gustaba compartir / Steve Small / Ed. Pijama


Una solitaria liebre vive en un bosque al que se acaba de mudar una familia de conejos. Ella cultiva sus nabos y los recién llegados, que no tienen nada, le preguntan si puede darles algo para pasar los primeros días. Arisca les contesta que ni comparte ni quiere amigos, y se lo reitera en varias ocasiones. Una noche, la liebre se topa con un enorme jabalí avaricioso que, intimidante, le obliga a entregarle sus nabos y, además, pretende robar al resto de animales. La liebre usará su propia cosecha para despistar al facóquero, ganar tiempo para avisar a los conejos y ayudarles a poner a salvo la cosecha de zanahorias. La liebre, que acaba despojada de todas sus posesiones, descubrirá que ha ganado mucho más de lo que ha perdido al ayudar y dejarse ayudar por los demás.

Aunando texto e ilustración es un libro muy destacable. Entramos de lleno en el tema compartir, desarrollado en una historia con mucho sentido. Las partes en que se divide el relato están muy bien construidas y enlazadas. En cada una de ellas se exponen diferentes ideas de forma clara, desde el total individualismo de la liebre que no entiende qué le aporta a ella compartir, hasta su sacrificio por ayudar a los demás, y la recompensa que esa ayuda desinteresada le reporta. Destacan el personaje principal, que está muy bien definido, y el antagonista, que irrumpe cambiando totalmente la atmósfera y precipita el giro argumental. Los volúmenes y contrastes de la ilustración consiguen un gran efecto enfatizando los puntos clave del relato como la soledad de la liebre, el amenazante jabalí o la bondad de los conejos. Los dibujos bastante realistas, los colores elegidos y el juego de luces y sombras contribuyen a dar mucha intensidad y me parece que enaltecen la narración.

Con este libro podemos abordar la “problemática” de compartir de los niños casi sin que se note, porque la historia es tan absorbente que pasa desapercibido el tema. Aun así, contiene la reflexión y la moraleja final que está enfocada a enseñar que compartir y ayudar a los demás nos traerá inesperadas alegrías y nos llenará de amor.

Voto POSITIVO.

1 comentario:

  1. A la liebre no le gustaba compartir y prefería estar sola, así se sentía a gusto. Un día, una familia de conejos se mudó al bosque y preparó una sopa para agradecerles la hospitalidad a sus nuevos vecinos. Todos asistieron, excepto la liebre.
    Con el paso de los días, la liebre se sentía cada vez más frustrada: los conejos no dejaban de ser amables con ella, aunque ella rechazaba cualquier gesto o detalle.
    Hasta que, una noche, mientras paseaba, se cruzó con un enorme y hambriento jabalí que parecía haber descubierto el huerto de zanahorias de los conejos. Entonces, tuvo una idea: distrajo al jabalí ofreciéndole nabos de su propio huerto y aprovechó para avisar a los conejos y ayudarlos a proteger su casa.
    Agradecidos, los conejos la invitaron a pasar el invierno con ellos. Así, la liebre descubrió una emoción nueva: lo que era sentirse querida… y querer a los demás.
    Lo más destacado del cuento es su tema central: el valor de compartir. Aunque tiene un tono moralista, la historia está llena de pequeños momentos de suspense que mantienen al lector en tensión y lo invitan a conectar con las emociones de la liebre, algo fundamental para comprender el cambio interior que experimenta. Además, el giro en el que la liebre decide ayudar a los conejos, pese a su carácter reservado, añade profundidad emocional y muestra que todos somos capaces de cambiar. El inconfundible estilo de Steve Small envuelve la narración con ilustraciones delicadas y coloridas, que acompañan con sensibilidad el desarrollo emocional del personaje. Es un cuento necesario, tanto por su mensaje como por su estética. Sin duda, hará las delicias de los primeros lectores y de quienes los acompañan.
    Mi voto es POSITIVO.

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