Este libro trata un tema muy
importante en la edad preescolar: el miedo. Sobre todo, el miedo a lo desconocido.
Y la reacción tan común de no atreverse a superarlo. Lo expone con la secuencia
lógica de sentimientos que surgen al enfrentarse a una dificultad. Primero Bruma,
la ratoncita que nos cuenta la historia, niega su temor y da una explicación
aparentemente creíble para no salir, mientras observamos que la puerta de su
casa tiene siete cerrojos. Después, al perder la pelota, decide cruzar para
poder recuperar su juguete, es el momento más difícil y el que produce mayor
tensión. Después, según van descubriendo Allí se va relajando e incluso
disfrutando de algunas de las cosas que ven y hacen. Y, antes de terminar la
historia, una pequeña repetición de las emociones que provocan los miedos al
aparecer detrás de los protagonistas la sombra de la perrita Loretta: miedo,
tensión al enfrentarse y alegría al encontrar a una nueva amiga.
Marta Sevilla es, en este caso,
autora e ilustradora, por eso los dibujos acompañan a la perfección la
intención del texto y transmiten cada emoción, para que los pequeños se
reconozcan al escuchar el cuento y ver las imágenes. Cada página, en acuarelas
azules, rojas y grises, está llena de movimiento y ternura.
Me parece un buen libro para leer
en familia y tratar el tema de los miedos con los prelectores y el de la zona
de confort con los hermanos mayores. Por
todo ello mi voto es POSITIVO.
Estos dos ratones viven en una ciudad llamada Aquí. Al otro lado del muro se encuentra Allí, la ciudad vecina que consideran peligrosa y desafiante. Un día no tienen más remedio que aventurarse a Allí para recuperar su pelota, y descubrirán entonces que Allí no es tan diferente de Aquí.
ResponderEliminarEl libro gira en torno a la idea de hogar, no tanto como un espacio físico sino como algo emocional, un lugar seguro al que se apegan los protagonistas. El texto tiene un estilo poético y simbólico que encierra varias capas, y se complementa con una estética suave y cargada de detalles que invitan a la contemplación, más que a la acción narrativa. Es una propuesta sensible, que resalta aquello que nos es cotidiano, conocido y cercano, sugiriendo la idea de pertenencia y apego. Pero plantea abrirnos a conocer y crear otros vínculos, salir de nuestra esfera de seguridad. Me parece que la ilustración está enfocada a recrear una atmósfera doméstica y serena, con colores grises, azules y ocres, y espacios contenidos que generan esa lectura lenta y contemplativa. Además, los encuadres cercanos nos hacen sentir dentro del libro, como si el lector formase parte de los lugares que visitan Pipo y Bruma, reforzando de nuevo la sensación de acogimiento y cercanía. Me ha gustado la coherencia que tiene narrativa y visualmente, y creo que ofrece lecturas interesantes, así que voto POSITIVO.