Ratón estaba cavando cuando
llegó su amigo Conejo y tras preguntarle qué buscaba se unió a él cavando su
propio agujero. Poco a poco se fueron uniendo más amigos. Hasta que Ratón paró
y trepó sobre el montón de arena que había hecho. Los demás lo siguieron con
intriga y descubrieron aquella cosa bonita, brillante y grande que buscaban: la
puesta del sol.
El peso de la narración está en
la ilustración, que además de contar la historia expresa perfectamente las
sensaciones de cada personaje. Sobre el mismo escenario, un jardín vallado, van
apareciendo animales personificados que se unen a la tarea del primero de
ellos, buscar una cosa. Sin importarles lo que será se les ve animados a
ayudarse e incluso sus expectativas van aumentando al creer que será grande,
brillante y bonita.
La amistad es el tema central de
este álbum que ilustra la confianza y ayuda que se dan los buenos amigos, con
líneas suaves y colores vivos, aunque no vibrantes. En paralelo se desarrolla
una historia, que da el toque de humor a la obra, que ilustra otro aspecto de
la amistad entre pequeños: las peleas que acaban de repente y entre abrazos. Por
supuesto, el final, tras esa trama tan enigmática, es sorprendente y tierno y
se pueden sacar diferentes lecturas para trabajar con los pequeños, y los más
grandes, lectores. Por ejemplo: las cosas no siempre son como uno imagina, es
bonito dejarse sorprender, la belleza del mundo que nos rodea, etc.
Es una obra perfecta para leer
en familia, aunque esté dedicado a los prelectores por su formato en cartoné o
el escaso texto, se pude extender un poco más la edad y trabajar distintos
valores. Por todo ello y su edición tan cuidada mi voto es POSITIVO.
Ratón está cavando en el jardín; parece que busca algo con mucho ahínco. Uno a uno van llegando sus amigos y deciden sumarse a la actividad. Cada uno de ellos adjetiva el objeto que buscan (sin saber de qué se trata) con lo que consideran más alucinante (algo brillante, algo grande, algo bonito, etc.), todas ellas cualidades que “la cosa” final reúne. Cuento acumulativo que realmente va generando mucha expectación a ver qué encontrarán enterrado bajo tierra. Me ha gustado que todo parece girar en torno a cavar, a buscar un tesoro escondido que promete ser increíble. Y lo que encuentran no es menos, pero no está en el agujero, si no que necesitan la montaña de tierra que han formado al cavar para descubrirlo. Todos los personajes están muy concentrados en la tarea, lo que hace que el niño tenga el foco totalmente orientado al suelo, sin esperar para nada el desenlace. Maravilloso ejemplo de cómo con muy poco se puede decir y enseñar mucho. Por lo demás, es un álbum en cartoné, formato apaisado, con ilustraciones muy amables y colores agradables. Aparentemente es de lo más sencillo, pero tiene esa magia que hace estimular la capacidad de observar e interpretar lo que estamos viendo. Voto POSITIVO.
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